lunes, 10 de noviembre de 2008

Julia y Daniel se encuentran de camino a la clase de dibujo

Daniel: Hola Julia, ¿qué tal? ¿adónde vas?
Julia: ¿Qué hay, Daniel? Voy para la clase de dibujo que hace mucho tiempo que no voy y ya quiero terminar el dibujo que estoy haciendo.
Daniel: Pues entonces vamos juntos que yo voy en esa dirección.
Julia: ¡Vale, pero hay que darse prisa que ya es tarde!
Daniel: Bueno, y ¿qué estás pintando ahora?
Julia: No es un cuadro muy bueno, pero para mi casa nueva necesito poner muchos cuadros en las paredes que están muy vacías y por eso ya quiero terminarlo y empezar otros. Me gusta mucho el arte abstracto para el salón, y para la cocina quiero pintar un bodegón con muchas frutas y verduras. Ya sabes, tengo que decorar mi casa nueva.
Daniel: Ah, ya te entiendo. Y, ¿dónde está tu casa nueva?
Julia: Muy cerca de la academia de dibujo. Está un poco lejos del centro, pero necesito tener parques cerca y puedo ir en metro a trabajar. Además quiero vivir sola un tiempo.
Daniel: Sí, es verdad. Yo ahora vivo también en mi propio apartamento, y puedes hacer muchas más cosas; si no te apetece recoger nada, pues no lo haces porque a nadie le molesta; si no quieres cocinar pues no cocinas y te vas a un restaurante. Yo también estoy muy contento viviendo sólo.
Julia: Bueno, tienes mucha razón, pero a veces te puedes sentir muy sola, y necesitas estar con otras personas...
Daniel: Sí, pero entonces, te vas a la clase de dibujo para terminar tus cuadros, y te encuentras con un amigo para hablar...
Julia: Ya, ya te entiendo. Venga, date prisa que ya sabes que estoy pintando un cuadro y quiero terminarlo.
Daniel: Vale, pero me tienes que prometer que me vas a pintar un cuadro para mi apartamento cuando tengas un poco de tiempo.
Julia: Bueno, espero acabarlo pronto y entonces te pintaré un bonito retrato.
Daniel: No, no por favor, no me gustan los retratos. ¿Puedes pintar un paisaje bonito, por favor?
Julia: Vale, no es muy original, pero si tú quieres...

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