lunes, 28 de mayo de 2012

Dime como viajas. "En Estambul hay que conocer la iglesia Santa Sofía"

Esta ciudad antiguamente conocida como Constantinopla a lo largo de su historia fue capital del imperio romano, bizantino y otomano, y conserva esos testimonios en mezquitas, iglesias y palacios El Gran Bazar es ideal para adquirir desde una lámpara hasta exóticas especias | El Nacional El humorista venezolano Laureano Márquez tuvo la oportunidad de viajar hace cinco años a Estambul, con el fin de acompañar y recolectar fondos para la Fundación Senosayuda. Esta ciudad antiguamente conocida como Constantinopla a lo largo de su historia fue capital del imperio romano, bizantino y otomano, y conserva esos testimonios en mezquitas, iglesias y palacios. Lo mejor Sinceramente lo que más me agradó fue conocer la iglesia Santa Sofía, el acueducto de Valente, el Hipódromo Romano y el palacio de Topkapi. Lo peor Los taxistas y la moneda. Digo la moneda porque en ese momento le habían quitado unos ceros y los billetes eran de las dos denominaciones y los taxistas se aprovechaban de eso para robarlo a uno. De resto, todo me gustó bastante. ¿Dónde quedarse? Hay varios hoteles, pero uno en particular que me gustó bastante. En él se quedaba Agatha Christie y todavía está la habitación de ella. Se llama Pera Palace Hotel. Un lugar para pasear Está el cuerno de oro y la Mezquita Azul. Otra de mis recomendaciones es navegar el estrecho del Bósforo y visitar la iglesia Santa Sofía. ¿Dónde comprar? En el Gran Bazar. Es el más grande de Estambul y uno de los más importantes del mundo entero. ¿Qué comprar? Alfombras, artesanía, lámparas turcas y todo tipo de especias (naturalmente en el bazar de las especias). ¿Estambul o Caracas? Caracas siempre. No cambio a Caracas por nada del mundo. Yo nací en Maracay y también soy maracayero, pero Caracas no tiene comparación. Una anécdota simpática "Me fui a cortar el cabello y estaba un peluquero turco que no hablaba español, y yo no hablaba turco. Más o menos le indiqué y le hice señas de que me cortara el cabello. Cuando me terminó, me limpió las orejas con alcohol y le prendió fuego con un yesquero para quemarme los vellos de las orejas. Yo pensé que era un acto de suicidio colectivo. No hice nada, ni dije nada tampoco, porque al parecer es una cosa muy común allá. Me quedé callado. Esperé la muerte plácidamente, pero no me morí".

El entrenador del Real Madrid, el portugués José Mourinho, aseguró hoy, jueves, en Estambul que rinde mejor si está bajo presión.

El entrenador del Real Madrid, el portugués José Mourinho, aseguró hoy, jueves, en Estambul que rinde mejor si está bajo presión. "Hay muchas maneras de ser líder. Yo siento que tengo que escuchar todo el rato, necesito gente que me cuestione, pero las decisiones son mías y trabajo mejor bajo presión. En los momentos duros es cuando estoy en mejor forma", dijo el técnico blanco. Mourinho describía su vida en una charla-entrevista organizada en Estambul por la inmobiliaria SINPAS, que utiliza la imagen del portugués para sus anuncios y que lo invitó para su ciclo de 'Liderazgos sostenibles", por el que ya han pasado políticos como Bill Clinton, expresidente de los Estados Unidos, y Gerhard Schröder, excanciller alemán. "El fútbol me da mucho, pero también me ha quitado mucho", reconoció el técnico, quien es uno de tan sólo tres que ha logrado ganar con dos equipos diferentes la Liga de Campeones de la UEFA. "Tener éxito en el fútbol era mi sueño desde que era un crío y me ha dado una situación económica en la que no tendré problemas para el resto de mi vida pero me ha quitado mi vida, mi privacidad, mi manera de hacer cosas sencillas", aseguró. "Pasear por la calle, estar en un restaurante, ir a cualquier playa con mi familia. Sólo la privacidad de mi casa la mantengo para mi, mi mujer, mis hijos y la gente que quiero", dijo Mourinho. Preguntado por su esposa, el portugués provocó fuertes aplausos del público, al afirmar que una de sus grandes cualidades es que "no le gusta el fútbol, ni sabe nada de fútbol y va al estadio sólo una vez al año". Sobre sus vivencias en el banquillo durante los partidos, el luso reconoció que no suele "sentir nada, ni el apoyo o el rechazo de los espectadores", ya que no hay tiempo para sentimientos. En cuanto al estilo de juego de sus equipos, Mourinho dijo que todo depende del país donde se encuentre. "Lo más importante es entender el país en el que trabajas, la cultura nacional del fútbol. Lo que hay que hacer para ganar en Italia no es lo mismo que lo que hay que hacer en Inglaterra. Tengo un estilo preferido, pero eso no quiere decir que mi equipo haga este estilo", aseguró el técnico de 49 años de edad. Con una anécdota subrayó la importancia de atender a los jugadores como individuos. "No voy a dar nombres, pero hay dos jugadores y si le digo a uno que es un desastre y me ha decepcionado, lo mato. Se lo digo al otro, y en el próximo partido, lo hace mejor que nadie. A éste le digo que es brillante, y jugará fatal en el siguiente encuentro... Para saber qué decirles hay que conocerlos muy bien", explicó. Mourinho también renegó del exceso de preparación técnica de un partido: "Las estadísticas siempre son útiles, pero hay quien las usa como si fueran lo más importante, y no lo son en absoluto. El Bayern tendría que haber ganado la Champions por estadísticas, y perdió. El fútbol es un juego; y, como todo juego, es impredecible". Criticó también el sistema 'knockout' vigente en las Ligas europeas, "donde todo se decide en 90 minutos, o en 120, se comete un error, o el árbitro lo comete, y todo ha terminado", mientras que en las ligas nacionales "se juega durante 10 meses, 40 partidos, y al final gana el mejor". "Pero soy un buen perdedor", apostilló. "Estuvimos tristes cuando perdimos la Champions, pero no pasó nada, me fui al vestuario del Bayern para ver la felicidad de ellos, y la compartí. Distinto es cuando perdemos por algo injusto. Eso no lo aguanto".

La ruta corta : Ankara, Turquía Lugares que no te puedes perder en esta travesía

1. DE LEY Mausoleo Ataturk. Estatuas de leones flanquean la calle de 200 metros de largo que se deben caminar para llegar al monumento dedicado al fundador de la Turquía moderna, Ataturk. En el edificio principal se encuentran sus restos y a un costado el museo donde se exhiben objetos personales. No dejar de ver su colección de autos. El mausoleo está construido con columnas de 40 toneladas de mármol puro. En Akdeniz Cad. 2. UN VISTAZO Baños Romanos. Fueron construidos en honor al dios de la salud, Asklepion, en el siglo III a.C. De estos yacimientos arqueológicos, situados en el corazón de la ciudad, se pueden observar columnas con inscripciones, las diferentes salas de baño y algunas habitaciones en donde podían tomar un descanso. Los baños desaparecieron en el siglo siete, después de un incendio. Hoy son un museo al aire libre. En Çankiri Street. 3. AL AIRE LIBRE Parque Gençlik. La entrada es gratis y es una de las atracciones naturales inaugurada en 2011. Lo que antes era una zona pantanosa, ahora es un lago artificial con un espectáculo de luces todas las noches. Encontrarás el parque de atracciones Luna Park, los jardines de té con recorridos de media hora gratuitos y catas en medio del parque. En Ulus. www.ankara.bel.tr. 4. EL MUSEO Civilizaciones de Anatolia. Aquí se encuentra la colección más extensa de artefactos utilizados por los hititas (población indoeuropea instalada en Anatolia durante el siglo VII) en su paso por la Ruta de la Seda, además de otras civilizaciones. El área más importante es el caravasar, el refugio en donde reposaban los mercaderes de Oriente. Abre diariamente de 9 a 17 horas. Entrada libre. Gözcü Sokak 2. 5. AL PALADAR Uludag Kebapcisi. No es un restaurante de lujo, incluso Lonely Planet lo recomienda como uno de los mejores sitios de comida rápida para probar el kebap, carne asada que se sirve picada o laminada, ya sea con guarnición de verduras, papa o arroz blanco; también puedes acompañarlo con pan y yogurt. Su precio aproximado es de tres dólares. Uluyol Sirin Sok 12. 6. EL TRAGO Gölge Pub. Es un pequeño bar para escuchar música balcánica, una de las corrientes que predominan en Turquía y también un sitio que no desprecia las notas de blues. La música en vivo se debe acompañar con un raki, la bebida turca clásica muy similar al anís. Tienen variedad en vinos blancos, rosados y espumosos, pues Turquía tiene una producción vinícola considerable. Tragos desde cinco dólares. Los más apreciados son los de la marca Doluca. Kýzýlay 2. 7. LA CAMA Divan Ankara. Hotel boutique con decoración basada en colores eléctricos y maderas naturales. Dispone de 83 habitaciones, cada una con amenidades Bulgari y servicio de bicicleta, sin costo, para dar un tour por la capital. Su restaurante es famoso por sus pescados y mariscos. Tarifa: desde 80 dólares por noche, incluye desayuno. Tunali Hilmi Caddesi Güniz Sokak 42. www.divan.com.tr EL TOUR Capadocia. Da un recorrido por sus ciudades subterráneas, con pinturas antiguas e iglesias y casas donde se refugiaban los pobladores de ataques vecinos. También puedes realizar un vuelo en globo, cabalgar o emprender una caminata de un día. Se localiza a una hora de Ankara. Recorridos desde 100 dólares por persona. www.turkeytravelplanner.com

domingo, 13 de mayo de 2012

Orhan Pamuk convierte en museo su locura de amor Orhan Pamuk abre su 'Museo de la inocencia'

http://cultura.elpais.com/cultura/2012/04/27/actualidad/1335545219_747274.html Este museo es una locura. Nace de la novela El Museo de la Inocencia (Mondadori, en España, traducido por Rafael Carpintero) y a la vez nació en la mente de Orhan Pamuk, el premio Nobel turco, como un museo que debía convertirse en libro. Así pues, una locura, pero una locura de amor. Y así es: una abigarrada recopilación de objetos cotidianos que están en el libro y que alcanzan aquí, desde hoy, la categoría de obras de arte, en la línea de los ready made de Marcel Duchamp. Esos objetos los robó en la ficción el personaje Kemal en la casa de Füsun, la prima de la que estaba tozudamente enamorado. Ahora esa locura minuciosa es un museo increíble, exactamente un museo de ficción. En la inauguración no extrañó ver cómo sudaba Orhan Pamuk cuando afrontó la tarea de explicar su museo a un centenar de periodistas de las más distintas procedencias, desde Georgia a Corea, atraídos por la extraña historia sentimental turca que el escritor ha convertido en una fábula sobre su país cuando aún aquí se asustaban si se rompía la virginidad o se trataba el sexo extramatrimonial. O cuando asustaban los militares. No sudaba el escritor sólo porque lo golpearan el calor y las escaleras empinadas de esta ciudad melancólica que le sirve de apoyo para todos sus libros, y sobre todo para este. Sudaba porque este es el escalón final de un proyecto que nació cuando recorrió Europa, a principios de los 90, y entró en todos los museos que pudo y se dijo: “¿Y yo por qué no hago un museo?” Este es el museo; está cerca de la plaza Takzim, en el barrio donde transcurren sus novelas, y donde se detiene tanto en su autobiografía, Estambul. Lo concibió antes y durante la escritura de la novela, y consiste en la recopilación obsesiva y sistemática (como la obsesión de amor de Kemal, el protagonista) de los objetos que representan los años (“el pasado, mi propia vida, el paso del tiempo, los años transcurridos”) que van desde 1975 hasta el año 2000, el largo periodo en que Turquía ni soñaba el esplendor relativo que ahora disfruta. Ahora, incluso, señaló ayer Pamuk, ni siquiera mandan los militares, que cruzan la novela en 1980, cuando Kemal los maldecía porque el último golpe de Estado le impedía estar más tiempo cerca de su amada Füsun… Mientras escribía, contó Pamuk, ya más aliviado del sudor de las escaleras y del más íntimo sudor que le ha acompañado a largo de este extraño proyecto, fue comprando en mercados populares relojes, zapatos, ceniceros, tazas, vasos, fotografías, el traje que usó Füsun cuando iba a hacerse conductora…, y completó la tozuda recolección de elementos de la vida cotidiana representativa de esos años con la ayuda de amigos y parientes, e incluso de lectores que sabían que el escritor necesitaba esos materiales para el museo que ahora cuenta la historia de amor y también la historia de Estambul en medio de la melancolía de Kemal y Füsun. Es como la crónica de una destrucción, de la destrucción del amor después de una minuciosa fabricación sentimental que desemboca en la locura y en la ruina. Dice Pamuk que quien vea el museo no tiene por qué haber leído la novela, y lo mismo sucede, cree él, en sentido inverso. Pero es cierto que si se recorren los tres pisos de que consta el edificio que alberga El Museo de la Inocencia habiendo leído las 600 páginas de la novela al lector se le reproducen las sensaciones que desprende el libro, que de manera minuciosa reconstruye los instantes en que fue feliz Kemal y también los muchos instantes en que fue tan desdichado como Füsun. “Ese momento dorado en una profunda paz espiritual envolvió todo mi ser quizá durara solo unos segundos, pero me pareció que la felicidad lo convertía en horas, años. El 26 de mayo de 1975, lunes, hubo un instante, hacia las tres menos cuarto…” Así de minucioso es el recuento de la lucha por la felicidad que hace Kemal, quien, en el epílogo, se encuentra con Pamuk para contarle la historia que empieza ese día, “a las tres menos cuarto”, y para encargarle que, como sumo homenaje a la mujer amada, construya con todos los objetos que fue robando en la casa de Füsun hiciera un museo que la convierta en inolvidable. Carpintero, el traductor, dice que el museo es la suma de los instantes que aparecen en el libro, como si Pamuk llevara a sus últimas consecuencias el encargo del personaje de ficción y él se convirtiera en heredero de la misma locura. “No, no soy Kemal, ahora que estamos solos debo decir que no lo soy”, dijo un irónico Pamuk ante la multitud que fue a escucharlo. Hay tanto en este museo, tantos objetos, tantos relojes (pues es también un museo del tiempo, y de la muerte), tantos televisores (siempre veían la tele, el enamorado, Füsun, la familia de ésta…), tantas cucharillas, incluso una taza con el borde de los labios de Füsun aún latiendo…, tantos elementos que inspiran viaje o despedida, que incluso hay un enorme panel (como de Fontana o de Cy Twombly) en el que se han colocado las cuatro mil colillas de cigarros que se fumó la amada en su vida de ficción. ¿Cómo, no está prohibido mostrar colillas en museos, en cines, en teatro, en Turquía. “Sí; pero esos no son cigarrillos fumados. Les hemos quitado el tabaco con una aspiradora y los hemos convertido en colillas”. Es tan minucioso el museo como la novela; en el último piso está la cama en la que Kemal quemó sus sueños de amor, en medio de su locura de coleccionista de instantes. Le preguntaron a Pamuk si se acostó en ella, aunque no sea Kemal. “Sí; cuando estaba muy cansado me echaba ahí, mientras trabajábamos en el museo. Fue un sueño muy reparador”. A estas horas de su comparecencia ya se le había quitado el sudor de la frente. Pero por dentro Orhan Pamuk tenía el cansancio de los creadores satisfechos. Ahora por primera vez en la historia lo que soñó es cierto, se puede visitar. El Museo de la Inocencia es el primer museo que nace de una novela. “O viceversa”, dijo más de una vez.

“Europa rompió muchos corazones en Turquía” El Nobel de Literatura, Orhan Pamuk

http://cultura.elpais.com/cultura/2012/05/11/actualidad/1336733081_108719.html Orhan Pamuk vive de los sueños, es escritor; con sus novelas ha explicado los sueños de Turquía, su país. Su sueño más alocado se tituló El Museo de la Inocencia (Mondadori, 2008), una historia de amor en la que el protagonista roba cada día objetos de la casa de su amada. Esos objetos, que él mismo fue adquiriendo mientras escribía su novela, constituyen ahora la colección exótica del museo más raro del mundo, abierto a finales de abril en una calleja del viejo Estambul, su pueblo. Ese libro, y ese sueño, contiene también una reconstrucción del sueño de Europa que tuvieron las clases altas de su país hasta hace al menos dos años. Ahora, dice Pamuk, Nobel de Literatura de 2006, “ese sueño está en declive”. En esta conversación, que tuvimos en su casa ante el Bósforo, el novelista habla de su museo y de esos sueños deconstruidos. Pregunta. Este museo, como su libro, es sobre la felicidad. ¿Cuál es su concepto de la felicidad? Respuesta. ¿Cómo es mi felicidad cuando trabajo en un museo como este o cuando escribo? Es un tema que me preocupa profundamente. Sé que soy infinitamente feliz cuando estoy solo con las artes, pintando. De hecho, a veces soy infinitamente feliz cuando pinto. Pero cuando escribo me siento más inteligente, comprometido de una forma más profunda con el mundo, me siento parte del mundo y moralmente responsable, aunque suene extraño. La satisfacción que me da la pintura es más ingenua. Cuando escribo estoy enfadado conmigo y con el mundo, porque no puedes cambiar el curso del mundo con palabras. Y te enfadas contigo mismo, le das la vuelta a las palabras, piensas en las consecuencias, piensas en la totalidad del mundo que quieres contar. Pero pintar es una felicidad instantánea. La felicidad de escribir es ver a largo plazo la creación de todo un universo. Por eso el Museo de la Inocencia es más una novela que un cuadro. P. Su trabajo (la novela, el museo) es sobre el tiempo. Y su museo también. R. Una novela debería responder a estas preguntas: ¿Qué es la vida? ¿Cuáles son los valores que determinan y explican la vida? Felicidad, devoción, apego a las personas, seguridad, risa, formar una familia, creatividad, disfrutar las consecuencias de tu individualidad, intentar ser más como los otros, o intentar ser único, amistad, soledad. En este sentido, una novela es una cuestión moral. Un museo no puede entrar en estos temas, pero puede presentar cosas que implican una atmósfera. Y el museo presta su aura a los objetos. Por ejemplo, un salero, que puedes encontrar en el mercado de las pulgas o en la casa de mi tía, dentro de un museo sugiere algo distinto: habla de la historia, del barrio, de la pobreza de Estambul en los setenta. Una cierta melancolía brilla a través de los objetos. El museo en vez de entrar en asuntos morales, aunque también muestra reflexiones sobre el feminismo y la situación de la mujer en Turquía, se centra principalmente en crear una atmósfera que se corresponde con la vida en Estambul en los años setenta y ochenta del siglo XX, combinada con la desgarradora historia de nuestros amantes, una suerte de Romeo y Julieta turcos. P. En cierto modo, el museo es el mundo y es Turquía, décadas de vida cotidiana. Un Estambul que dura desde 1975 a 1999, un tiempo encerrado ahora en un museo. ¿Está este tiempo también cerrado para Turquía? R. Entiendo que me pregunta por cuán atrás está ese tiempo para Turquía. Ese tiempo también habla de la presión sobre la mujer, el culto a la virginidad, el sexo fuera del matrimonio y esto todavía continúa. Es posible que los objetos hayan cambiado, pero la cultura de represión hacia la mujer, el deseo de ser occidentales y la ansiedad por mantener las tradiciones, la forma en la que la gente desarrolla un lenguaje sofisticado cuando se reprime la libertad de expresión, como en el caso de los amantes..., estas cosas todavía continúan. Pero ha habido algunos cambios: más libertades, el país es más rico económicamente. A eso me refiero cuando digo que los objetos han cambiado pero el espíritu de la novela y los problemas que explora siguen estando presentes y visibles. P. La novela planteaba Europa como el sueño de las clases altas durante ese periodo en que dura la fascinación del amante por su prima. Hace dos años, durante otra entrevista que se desarrolló aquí mismo, dijo que el sueño persistía, pero que Europa era reluctante, igual que Turquía. ¿Cuál es la situación ahora? R. Ahora esta clase desconfía un poco de su poder, ya que hay otra clase alta que llega de Anatolia. Una nueva burguesía más conservadora y religiosa que apoya al partido en el Gobierno [el AKP, Partido de la Justicia y el Desarrollo]. Y esto hace que la burguesía de Estambul se sienta un poco incómoda. Pero no hay que olvidar que en la última década, con el actual partido en el poder, Turquía se ha vuelto más rica y exitosa, al igual que Estambul y su burguesía. Esta burguesía ha usado durante años su occidentalización para legitimar su riqueza. Ahora ya no puede utilizarlo tanto y eso los pone nerviosos. Aún así, no hay que olvidar que en Turquía la división de la riqueza es muy poco equitativa. Pero a la prensa no le interesa mucho esto; prefiere centrarse en los conflictos Turquía-Israel, en el asunto de los islamistas, etcétera... P. ¿Cuál es ahora la preocupación turca? R. Creo que en Turquía están pasando dos cosas: el poder del Ejército ha disminuido. Y la burguesía nacionalista que durante años se ha apoyado en el Ejército para salvaguardar el secularismo está ahora inquieta. Aún así, más de la mitad de la población turca cree en el secularismo. Yo creo que el principal problema de Turquía es la cuestión kurda: el Gobierno no sabe cómo acercarse a este asunto con suavidad, tolerancia...; están otra vez utilizando la antigua forma autoritaria para abordar la cuestión. P. Así que el sueño europeo que se percibe en El Museo de la Inocencia... R. Sí, está en declive la promesa de un futuro europeo. En primer lugar, Europa rompió muchos corazones en Turquía, sobre todo los de aquellos que sí querían unirse a Europa. Primero los comentarios de Sarkozy y Merkel, luego la crisis económica y el hecho de que Turquía no se vio demasiado afectada por la crisis financiera de 2008 (de hecho, aquí florece la economía), han convertido la perspectiva de Europa en algo difícil de realizar. También hay un resentimiento. Yo no estoy llorando más por el hecho de que Turquía no camine hacia Europa. Para las clases altas sigue siendo un sueño. Pero el boom económico ha disminuido las ansias de Europa. Ya que el deseo de unirse a Europa es, en la mayoría de los casos, un deseo económico, más que político o institucional. P. Volvamos a la literatura. Esta trata de contar la vida. Ahora anuncia usted que escribe sobre la emigración de los que vienen a Estambul desde la Anatolia rural. R. Esta emigración ha transformado a Estambul de una ciudad de un millón de habitantes en una ciudad de trece millones. Estas personas han contribuido también a crear el carácter de esta ciudad. Estambul tiene ahora un carácter más cosmopolita y un carácter más rural a la vez. Fue una necesidad porque todas las industrias estaban en Estambul y Anatolia era muy pobre. Los campesinos de Anatolia, que no tenían zapatos para calzarse ni abrigos, llegaban a Estambul, encontraban un trabajo y se construían una casa, o lo que llamamos aquí un gecekondu [especie de casa-chabola como las favelas de Río]. Así barrio tras barrio. Esta era la realidad de los años sesenta y setenta. Esta emigración hizo Estambul. Esta emigración es Estambul. Estambul no es solo el centro histórico y cultural. Y su cultura y su forma de vida es algo que la literatura turca ha escondido debajo de la alfombra. P. Usted dijo: “Los museos nacionales deberían ser como novelas, pero no lo son”. Usted está escribiendo la novela de Estambul también con este museo. R. Sí, la estoy escribiendo, aunque no soy consciente de ello ni quiero ser demasiado consciente de ser un escritor de Estambul.

jueves, 3 de mayo de 2012

Israel habría realizado escuchas ilegales entre pilotos del Ejército turco

http://www.europapress.es/internacional/noticia-israel-habria-realizado-escuchas-ilegales-pilotos-ejercito-turco-20120503100147.html ESTAMBUL, 3 May. (EUROPA PRESS) - El Gobierno de Israel habría llevado a cabo escuchas telefónicas en las conversaciones entre los pilotos de las Fuerzas Aéreas de Turquía (THK) que participaron en vuelos de entrenamiento, según un informe publicado este miércoles por medios de comunicación turcos, lo que ha provocado que Ankara decida iniciar un programa para encriptar las comunicaciones durante este tipo de vuelos. Según estas informaciones, publicadas por el diario 'Habertürk', Israel había realizado las escuchas durante los vuelos de entrenamiento en la Tercera Base Aérea del Comando de Konya, en una aparente misión de espionaje para descubrir detalles sobre los programas de entrenamiento y estrategias de vuelo de las THK. En base a la publicación del informe, las THK han iniciado un proyecto de encriptación en el que ya están trabajando varios ingenieros para desarrollar un sistema de software destinado a la codificación de las conversaciones, tal y como ha recogido el diario turco 'Today's Zaman'. En la base de Konya, los pilotos principiantes llevan a cabo un entrenamiento inicial antes de pasar a los entrenamientos exhaustivos de preparación para el combate, última fase antes de convertirse en pilotos de combate de los F-16 de la fuerza aérea turca. las relaciones entre ambos países son tensas desde el asesinato de nueve activistas turcos durante el abordaje por parte de la Marina israelí de la Flotilla de la Libertad, que pretendía llegar a la Franja de Gaza para entregar ayuda humanitaria.

Un padre turco vende a su hija para pagar unas deudas de juego

http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=1159311 La Policía turca ha rescatado a una niña de 13 años que vivía con un hombre de 20, al que había sido vendida por su propio padre para saldar una deuda de juego, informa hoy el diario "Milliyet". Según esta fuente, un agricultor de la provincia suroriental de Sanliurfa entregó a su hija, de 13 años, a un hombre casado al que debía unos 13.000 euros por apuestas de juego. La madre de la niña denunció ante la fiscalía su desaparición el pasado 4 de abril y el padre acabó admitiendo que la había vendido. Tras semanas de búsqueda, la Policía localizó al comprador y a la menor en un campamento de labradores cerca de Adana, a unos 350 kilómetros al oeste del domicilio de la adolescente, que ha sido trasladada a un centro de acogida. El comprador señaló a los agentes que no había secuestrado a la niña, sino que la había recibido como "segunda esposa" a cambio de perdonar las deudas a su padre. La poligamia está prohibida en Turquía desde 1926 y penalizada con hasta dos años de cárcel, aunque en las regiones rurales del sureste del país se da aún este tipo de casos cuando el enlace se celebra de forma no oficial y sólo por el rito religioso, nulo ante la ley. El comprador de la niña ha sido acusado de abuso de menores, retención ilegal y abuso sexual.