domingo, 13 de diciembre de 2009

'Turquía no esperará tanto como España para ser miembro de la Unión Europea'

* El ministro de Exteriores compara la adhesión de Ankara con la de Madrid
* 'Turquía es una democracia plena, pero no hay límite a la excelencia'
* 'Ankara no pone barreras: los grecochipriotas pueden venir cuando quieran'

Gionata Chatillard | Madrid
Actualizado martes 17/11/2009 09:17 horas

Si Ahmet Davutoglu posara en la foto de familia del próximo Consejo de ministros de Exteriores de la UE, no sería fácil encontrar al intruso. El jefe de la diplomacia es europeo tanto en su aspecto como en su forma de hablar. De hecho, considera que su país ya forma parte del Viejo Continente y que su entrada en la Unión es cuestión de tiempo, un trámite burocrático que, como mucho, sólo puede atrasar el cumplimiento de un destino inevitable.

A Davutoglu, de 50 años, le encanta comparar a Turquía con España. No sólo porque también Madrid tuvo que enfrentarse a largas negociaciones antes de recibir luz verde para entrar en el club comunitario. También porque los dos países viven bajo la amenaza del terrorismo independentista. Y porque ambos son los mayores patrocinadores de la Alianza de Civilizaciones, "una de las iniciativas que más éxito han tenido en los últimos 20-30 años". ¿La prueba? "La continuidad y la institucionalización del proyecto: en 2004 era una idea, ahora es un hecho»".

Pregunta.– En España, la oposición considera la Alianza de Civilizaciones como una especie de cuento de hadas. ¿El Gobierno turco recibe las mismas críticas?

Respuesta.– No, todo lo contrario. Existe un fuerte respaldo.

P.– ¿Qué espera Ankara de la Presidencia española de la UE?

R.– En España hay un apoyo generalizado a Turquía. Damos las gracias y esperamos más objetividad en la cuestión de Chipre.

P.– ¿Por qué Turquía no abre todos sus puertos y aeropuertos a los grecochipriotas, como exige la UE?

R.– En Turquía no existen estas barreras. Los grecochipriotas pueden venir cuando quieran. Pero existen muchas promesas que la UE no ha mantenido en relación a la parte turca de la isla, como levantar el embargo. La situación no es justa.

P.– Francia y Alemania se oponen a la entrada de Turquía en la Unión. ¿A qué tienen miedo?

R.– No creo que haya miedo, pero a veces hace falta tiempo para entender la importancia de un país. Francia bloqueó la entrada de España en la UE durante seis o siete años. No era miedo. Simplemente existían preocupaciones. Pero ahora España está en la Unión y las relaciones entre Madrid y París son mucho mejores que antes. Así, nosotros no miramos a las contingencias históricas, ni a las conjeturas psicológicas o políticas. Tenemos una visión de largo plazo. Cuando Turquía sea miembro de la UE, las relaciones entre Ankara y París mejorarán.

P.– ¿Hasta cuándo puede esperar Turquía? ¿Hay una fecha límite?

R.– Queremos entrar cuanto antes. No creo que esperemos siete años como España.

P.– Antes, también hay que resolver el problema kurdo. Ankara está llevando a cabo la llamada Iniciativa democrática para otorgar más derechos a esa minoría...

R.– Y eliminar el terrorismo.

P.– El Gobierno no negociará con el preso Abdalá Ocalan, líder del grupo guerrillero PKK. Pero sí lo hará con su brazo político, el DTP. ¿No habría que ilegalizar a este partido como España hizo con Batasuna?

R.– El caso del DTP está en manos de la Corte Constitucional, que es independiente del Gobierno. Para nosotros es un partido legal. Otras formaciones fueron ilegalizadas por su relación con el terrorismo.

P.– ¿Estudia Ankara una reforma constitucional?

R.– Sí, pero no a corto plazo. Y tampoco para un solo asunto, como el kurdo, sino para alcanzar un mayor nivel de democratización.

P.– ¿Ahora mismo no goza Turquía del mismo nivel de democracia de los demás países europeos?

R.– Turquía es una democracia plena. Pero no hay límite a la excelencia, siempre se puede mejorar.

P.– ¿No es el Ejército un problema para la independencia del Gobierno?

R.– No. Cada institución tiene su rol. Existen varias medidas para garantizar el carácter civil del Estado. Y las reforzaremos todavía más.

http://www.elmundo.es/elmundo/2009/11/16/internacional/1258405493.html

Tras una década, Turquía sigue como la 'amante rechazada' de Bruselas

* El 57% de los turcos cree que la adhesión sería beneficiosa para Turquía
* Sólo el 38% piensa que alguna día el país euroasiático estará en la UE

Bram Peeters | Estambul
Actualizado sábado 12/12/2009 15:02 horas

Este sábado se cumple una década desde que se reconoció la candidatura de Turquía a la adhesión europea, pero a lo largo de los últimos diez años las esperanzas de Ankara se han convertido en desengaño amargo. Ante la continuada resistencia de Bruselas, ¿qué opinan los ciudadanos turcos?

Es sin duda la propuesta de ampliación más controvertida en la historia de la Unión Europea. Pero cuando primero se produjo el reconocimiento oficial de candidatura a la adhesión el 12 de diciembre de 1999 los turcos respondieron con euforia y confianza -tanta que el entonces primer ministro, Bülent Ecevit, dijo que su país tenía un "derecho innato" a formar parte de la UE-. Incluso cinco años más tarde perduraba el optimismo: cuando el primer ministro Recep Taypp Erdogan recibió la luz verde a las negociaciones en Bruselas fue recibido con fuegos artificiales a su regreso.

Pero la Turquía de hoy en día parece haber perdido la esperanza de antaño. Erdogan sigue diciendo que la integración es una "prioridad", pero con la oposición del primer ministro francés Sarkozy y la canciller alemana Merkel el avance parece imposible. Ante la continuada resistencia de Bruselas, ¿es concebible imaginar que la bandera de la UE ondee sobre los minaretes de la Hagia Sofía algún día?

En Estambul no es difícil encontrar gente que confían en un futuro europeo. en favor de la adhesión a la UE. Los jóvenes 'modernos' de la ciudad forman parte del 40% de la población turca que no lee el Corán, y del 25% que nunca ha pisado dentro de una mezquita. Al igual que Çagdas Yüksel, un turco de 23 años que sólo puede visitar a su novia en Atenas después de largos procedimientos de su visado, la mayoría de los jóvenes desean poder viajar libremente a la Unión.

"Me parece extraño que Europa termine en un río", añade Yüksel. "Hay gente en Turquía que son más europeos que algunos habitantes de los países actuales de la UE."
La cuestión del Islam

Sin embargo, incluso en la ciudad más europea de Turquía hay algún que otro euroescéptico. Cem Celebi trabajó en los Países Bajos durante cuatro años antes de volverse a Turquía para preparar su tesis doctoral, pero su tiempo en la UE sólo sirvió para reforzar su opinión en contra de la adhesión. "No debemos dar la espalda a nuestros vecinos del Este. Me temo que vamos a perder nuestra influencia en la región si nos convertimos en parte de la UE."

El ingeniero Ozkan Derya, ingeniero en la ciudad de Bursa, al otro lado del mar de Mármara, no está de acuerdo. "Tras la llegada del AKP al poder el Islam ha crecido en Turquía. Es algo que se desarrolla de manera peligrosa... El país no debería centrarse demasiado en Oriente Próximo, porque somos una nación secular, y como tal tenemos mucho más que ver con la UE. El gobierno islámico-conservador intenta seguir una agenda religiosa a través de mayores lazos con países no europeos. Nos tenemos que concentrar en el Occidente, porque alejamiento puede llevar a los extremos".

Curiosamente, muchos musulmanes y partidarios del AKP ven la adhesión europea como una forma de fortalecer sus derechos religiosos. En la ciudad conservadora de Konya, en el centro del país, el profesor Hüseyin Bagci dice que aunque él puede ir a rezar libremente en su mezquita, las leyes seculares del país le prohíben a su mujer el poder ejercer de maestra mientras lleve el hiyab. "Me parece absurdo que se les prohíbe llevar el hiyab a las chicas dentro de la universidad. El propio Erdogan se ha visto obligado a mandar a sus hijas a estudiar en Estados Unidos a causa de ello".

Su cuñado, Mehmet Ali, que acaba de regresar de Holanda tras vivir allí a lo largo de los últimos treinta años, dice que dentro de Europa hay mayor protección de los símbolos religiosos. "Los musulmanes en la UE tienen mucha más libertad que la que tenemos aquí. En los Países Bajos podría rezar durante las horas de trabajo y las fiestas cristianas y musulmanas se respetan sin ningún problema. La obsesión con lo secular aquí dificulta eso. Es un país extraño: todos somos musulmanes, pero intentan que practiquemos nuestra religión común".
Nacionalismo y la cuestión kurda

Los nacionalistas turcos se muestran divididos sobre el asunto. En la ciudad portuaria de Trebisonda, en el mar Negro, la mayoría ultranacionalista rechaza al acercamiento europeo. "Las personas de aquí creen que la entrada en la UE es perder la cultura. Pero estas mismas personas son incapaces de definir que, exactamente, es esa cultura que van a perder, ni por qué la adhesión implica su pérdida", explica Zeki Sancak, editor del periódico local.

Zynep Uludüz, maestro en una escuela primaria local, reconoce que su "gran líder y fundador de la República, Kemal Atatürk, estaba a favor del avance hacia el Oeste", pero puntualiza que "si eso significa que los kurdos tendrán más derechos y que Turquía tendrá más lenguas oficiales" está totalmente en contra ya que esto supondría "poner en peligro la unidad nacional".

En efecto, uno de los granes asuntos pendientes de Turquía ante la UE es la cuestión kurda; Bruselas dice que la adhesión es imposible sin que el Estado muestre mayor respeto hacia la minoría, pero muchos dicen que este argumento simplemente es otra excusa de una Unión que no está interesada en su país. "Sería genial la entrada en la UE pero creo que es difícil sin el apoyo de Sarkozy y de Merkel, y ahora la UE cuenta ahora con un presidente que en el pasado ha declarado que está en contra de la adhesión de Turquía. No creo que Europa nos quiere", confiesa Sabahattin Atas, profesor de la ciudad de Trabzon.

La mayoría de los turcos comparten las opiniones de Atas. Según el último Eurobarómetro, el 57% de los turcos creen que la adhesión sería beneficiosa para el país. Sin embargo, sólo el 38% de la población cree que la ambición pueda llegar a convertirse en una realidad algún día.

Dilek Urbano, del 'think tank' turco TESEV, dice que las encuestas reflejan la complicada realidad de la relación UE-Turquía. "Por mucho tiempo la UE fue sólo un concepto abstracto y extranjero para la mayoría de los turcos. Ahora casi todos la conocen, pero por ello se sienten más capaces de criticarla, también. Ya no es una relación nueva, platónica, sino una situación tensa entre amantes distantes, con una rechazada que siente frustración al no poder estar con la que quiere".

¿Y qué del entusiasmo de 1999?

El ex presidente de la delegación UE-Turquía dentro del Parlamento Europeo Joost Lagendijk cree que todavía existe, pero que "necesita un gobierno que hace caso omiso de las encuestas de opinión y tiene el coraje para continuar el programa de reforma".

El Gobierno actual del primer ministro Erdogan podrá alegar que la adhesión es su 'prioridad', pero la Eurocámara opina lo contrario: en su último informe, dictó que el país que apenas se ha avanzado este año. Turquía tendrá que seguir esperando asumir su 'derecho innato'; la amante se queda rechazada un año más.

http://www.elmundo.es/elmundo/2009/12/11/union_europea/1260553691.html

jueves, 10 de diciembre de 2009

JON ARRETXE Escritor "Estambul me regaló una novela"

Shahmarán es un ser mitológico procedente del Asia central, medio reptil, medio mujer, con dos cabezas, que simboliza la fertilidad y la sabiduría. Shahmarán (Erein) es también el título elegido por el escritor Jon Arretxe para una novela negra que publica simultáneamente en euskera y castellano.

Pregunta. Es usted viajero y escritor.

Respuesta. No me defino, pero viajo y escribo. Empecé a escribir para recoger las experiencias que había recogido después de viajar durante diez años por la Amazonía, por países africanos o por Asia. Los primeros libros fueron literatura de viajes: crónica cuando el viaje era suficientemente interesante o ficción basada en esos viajes.

P. ¿Por qué dio el paso a la literatura de género negro?

R. Porque me apetecía, sin más. Siempre me ha gustado la literatura negra, los clásicos americanos como Dashiell Hammett o Chester Himes, y los nuevos como Mankell o Donna Leon. La novela y el cine negro siempre me han atraído.

P. Pero empezó introduciendo el componente del humor.

R. Sí, escribí un par de parodias de novela negra. Con la estructura del género, pero con un toque de absurdo.

P. En el salto a la novela negra parece que no rompe del todo con su afición a los viajes.

R. Sí, he aprovechado el poso de escritor de viajes. En los tres últimos libros el lugar donde transcurría la historia no ha sido un encuadre casual. Morto vivace (2007) se sitúa en París. Fatum (2008), en Lisboa. La ciudad es el personaje principal. Y ahora Shahmarán, que transcurre en Estambul y Munich, con continuas referencias al Kurdistán.

P. ¿Qué encuentra de literario en Estambul? Le dedica mucha atención en la novela.

R. Todo, todo. Lo que ves, lo que oyes, lo que hueles al salir a la calle. La ciudad va mostrando personajes, te ofrece las historias. El vendedor de sanguijuelas de la novela existe. Estambul me regaló una novela. Y luego aproveché lo que conocía del Kurdistán y de Munich. Me gusta ver la vida real de las ciudades y plasmarlo en la novela, no inventarlo. Me siento más cómodo cuando escribo de sitios que conozco bien. Me voy allí y escribo parte de la novela en el mismo escenario en el que se desarrolla la historia.

P. De Munich no muestra la cara de la gran capital de Baviera.

R. No, no aparecen las cerveceras o los museos. No son los escenarios donde se mueven los emigrantes turcos pobres. Es el contraste entre una madre que mantiene vivo el orgullo de su origen kurdo y los hijos que se preocupan por sobrevivir. Uno de ellos, matando por encargo.

P. La xenofobia aparece claramente en la historia

R. Sí, un poco de crítica social es una característica de la novela negra. El rechazo a los turcos es claro en Alemania, y en época de crisis más todavía.

P. ¿Por qué cree que está de moda la novela negra?

R. No tengo ni idea. No sabía ni que estaba de moda cuando empecé a hacerlo. Lo mismo me pasó cuando empecé a escribir de viajes.

P. Escribe siempre en euskera. ¿Por qué deja la traducción al castellano en manos de otra persona?

R. Mi primer libro lo traduje yo. Pensaba que estaba impecable y cuando lo leyeron otras personas les daba la risa. No nos damos cuenta de los vasquismos que utilizamos. Es mejor dejarlo en manos de profesionales que lo van a hacer mejor.

P. Pero este libro aparece simultáneamente en euskera y castellano.

R. Sí, la tirada es un poco mayor en euskera. El público euskaldun ya me conoce

sábado, 5 de diciembre de 2009

Viaje gastronómico a Estambul

Los bazares y restaurantes de la moderna Constantinopla atesoran verdaderas delicias con sabor a pasado, donde se puede conocer toda la riqueza de la cocina turca sin moverse de la capital.

Estambul, Turquía). Napoleón dijo que si el mundo fuese un solo país, su capital sería Constantinopla. Aún hoy en día, entre las calles congestionadas de tráfico de la moderna Estambul y entre los empinados callejones y viejas mezquitas, uno todavía puede sentir lo que quería decir. En el aire se respiran siglos de civilización, y nada lo transmite mejor que la comida.

Aunque la animada oferta gastronómica de la ciudad despliega una mareante variedad de estilos culinarios turcos (con toques de cocina balcana, caucásica y de Oriente Medio), para el visitante extranjero resulta fácil perderse entre la multitud de locales de kebab y restaurantes de pescado excesivamente caro.

Y aquí es donde entra en juego IstanbulEats.com. Creada por los estadounidenses Ansel Mullins e Yigal Schleifer, amigos con más de 12 años de experiencia rastreando la mejor comida en Estambul, su página web está consagrada a cazar los tesoros culinarios escondidos de la ciudad.

"Comida seria para comensales serios"

Guiados por los ojos (y paladares) de estos cazadores, GlobalPost pasó un día perfecto comiendo en una ciudad donde se mezcla lo musulmán y lo cristiano, este y oeste, lo viejo y lo nuevo. Tal y como dicen en su blog: "Estamos hablando de comida seria para comensales serios, nada de adornos".

Nuestra primera parada fue Karakoy Ozsut, para probar el clásico combinado turco de kaymak (una especie de crema cuajada) con miel y pan blanco crujiente. Ozsut se traduce más o menos como "leche esencial", y con solo probar este kaymak, hecho con leche del rebaño de búfalos del restaurante, no queda duda de lo que quiere decir. "En nuestra imaginación, kaymak es la única comida que se sirve en el cielo, con ángeles en batas blancas sirviendo plato tras plato de esta cosa parecida a una nube a los recién fallecidos, que ya no tienen que preocuparse más sobre el colesterol y las visitas al cardiólogo", escriben Mullins y Schleifer en IstanbulEats.com.

El kaymak, al igual que el propio restaurante, es tan simple como sobresaliente. Y esa es la idea básica de lo que IstanbulEats intenta conseguir. "Detecto que la gente está viajando cada vez más dejándose llevar por el estómago", explica Schleifer. "Nosotros intentamos hablar de la verdadera cultura gastronómica que hay aquí, y ayudar a la gente a encontrarla".

Delicias curativas

Desde Karakoy cruzamos el puente de Galata con la intención de conocer no sólo a los restauradores, sino también a sus cómplices fundamentales, los modestos proveedores de materia prima. Cerca del Bazar de las Especias Egipcio llegamos a Kadem Salepcilik. Cemal, un robusto proveedor de la ciudad de Siirt, al sureste del país, está rodeado de pilas de salep. El salep es para los turcos lo que el ginkgo biloba (tubérculo para la memoria) para los occidentales, excepto que es mucho más delicioso. Hecho con raíces de orquídea picadas, este polvo se toma mezclado con leche caliente y se dice que lo cura todo, desde problemas de corazón hasta la tensión arterial y males de la mujer.

Abriéndonos camino a través de Kucuk Pazari (una poco conocida zona de calles de tiendas y caravanserais otomanos) la siguiente parada es en Altan Sekerleme, que nos acoge con el encanto y la magia de la mismísima fábrica Wonka. Decorada con bastoncitos de caramelo y Turkish Delight apilado en forma de casitas de madera, la tienda Altan ha pasado de padres a hijos desde su fundación por la familia Altanoglu en 1865.

"No vengas hasta aquí buscando una bolsita de ositos de goma o rocas de caramelo, o al abuelo que está detrás del mostrador le podrá dar un ataque al corazón", escribe el equipo de IstabulEats. "Este sitio es para comprar dulces turcos tradicionales artesanos".Después de este paraíso dulce bañado en azúcar es momento de buscar algo diferente: boza. Creo que no estaba lo suficientemente preparada para algo tan diferente.

Miedo a lo desconocido

Cuando entré detrás de Mullins y Schleifer en Veza Bozacisi, una especie de taberna donde la tradición otomana del boza se mantiene desde 1876, todo parecía normal. ¿Una entrada gastada de mármol? Sí. ¿Un bar antiguo de madera? Sí. ¿Una vitrina en donde se guarda un vaso en el que Ataturk, el fundador de la república turca, disfrutaba de esta extraña bebida? Sí.

Y entonces lo probé. Beber boza, una bebida espesa casi como papilla hecha a partir de mijo fermentado, es uno de esos extraños momentos gastronómicos en los que el paladar siente que toca algo desconocido hasta entonces.

Decliné una segunda ronda, mientras el camarero nos contaba teatralmente la historia de un taxista que puede beber una docena de vasos de boza de una atacada. Todavía no tengo una opinión clara sobre esa bebida, aunque el equipo de críticos plantea un argumento convincente: "Al igual que otras experiencias culturales obligatorias, como la ópera o la visita a museo científico, uno puede respirar con alivio cuando se bebe un vaso de boza".

Después de atravesar el Kadinlar Pazari (lo más parecido en Turquía a una pequeña Kurdistán), nos dirigimos hacia nuestra última parada del día: Siirt Seref Buryan Kebap Salonu, el local favorito de IstanbulEats entre los muchos que venden buryan kebap y perde pilav, platos típicos de Siirt, una ciudad en la que conviven árabes y kurdos.

El buryan se hace cocinando lentamente un pequeño cordero con carbón en un profundo agujero en la tierra. El resultado es una carne grasienta deliciosa que se derrite en la boca. "Es un poco como la versión turca del Texas pit BBQ", bromea Mullins.

Perde (la palabra significa "cortina" en turco) es un plato completamente distinto, totalmente crujiente. Hecho de arroz, pollo, almendras, especias... está envuelto en una pasta fina cocida en un molde hasta que se dora su exterior. Es la mejor comida, sencilla y llena de sabor, una oportunidad para saborear algunos de los mejores manjares turcos sin salir de Estambul. "Lo mejor de esta ciudad es toda la gente que llega de otras partes del país", apunta Mullins mientras tratamos de bajar todas las calorías consumidas en un intenso día de comer y comer. "Realmente puedes visitar todo Turquía, gastronómicamente hablando, sólo con visitar la capital", añade Schleifer.


Lugares que visitó Global Post para realizar este reportaje:

Karakoy Ozsut
Dirección: Yemisci Hasan Sk.9/11, Karakoy
Teléfono: 212-293-3031

Altan Sekerleme
Dirección: Kiblecesme Cad.96, Kantarcilar (Kucuk Pazari)/Eminonu
Teléfono: 212-522-5909

Vefa Bozacisi
Dirección: Katip Celebi Cad. 104/1, Vefa
Teléfono: 212-519-4922

Siirt Seref Buryan Kebap Salonu
Dirección: Itfaiye Cad.4, Fatih
Teléfono: 212-635-8085
www.serefburyan.com