miércoles, 2 de septiembre de 2009

Viajar a Estambul

Estambul una de las ciudades más encantadoras del mundo entero.
Viajar a Estambul resulta una experiencia muy grata, pues al llegar a dicha ciudad nos encontramos con la sorpresa de estar en una metrópolis que tiene el privilegio de ser la única urbe en el mundo situada en dos Continentes: Europa y Asia.

Fundada originalmente con el nombre de Bizancio, en honor a su fundador, después de varios monumentos importantes construidos durante el reinado del emperador Constantino el Grande, la ciudad pasó a llamarse Constantinopla: la ciudad de Constantino y, tras la conquista por parte de los otomanos, se convirtió en Estambul, la cual en la actualidad comprende un área de 7.500 kilómetros cuadrados, con una longitud aproximada de 150 kilómetros por 50 de anchura y está considerada como una de las ciudades más grandes y más pobladas de Europa, ya que dispone de una población de unos 9.5 millones de habitantes, población que aumenta anualmente en unas 500.000 personas debido a la inmigración de familias enteras procedentes de las zonas rurales de Turquía, estimándose que una de cada cinco personas que vive en el país, habita en Estambul,

Situada a lo largo del estrecho del Bósforo, Estambul es el principal puerto y el centro comercial y financiero más importante de Turquía, estimándose que la mayor parte del comercio nacional pasa a través de El Cuerno de Oro, una ría estrecha de siete kilómetros de longitud que divide en dos la parte europea de Estambul y que puede observarse a plenitud ascendiendo a la colina Café de Pierre Loti.

A todo lo largo y lo ancho de su geografía, esta metrópolis turca posee innumerables atractivos que hacen del turismo una de sus principales fuentes de ingresos, ya que anualmente es visitada por más de millón y medio de turistas que quedan maravillados ante sus bellezas naturales e históricas, considerándose que más de la mitad de los monumentos históricos de Turquía se encuentran en Estambul, por lo cual las zonas históricas de la ciudad fueron declaradas en 1985 Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Entre los atractivos naturales de Estambul, aparte de El Cuerno de Oro, merecen especial mención las llamadas Islas Rojas o de los Príncipes, ubicadas al sur-este de la entrada del Bósforo en el mar de Mármara y el Bósforo, estrecho de mar que une al mar de Mármara al sur con el mar Negro al norte y que separa Europa (Tracia) de Asia (Anatolia) con una longitud de 37.7 km., una anchura de entre 660 y 3.200 metros y profundidades que varían de los 37 a los 105 metros y en cuyos márgenes se pueden ver hermosas mansiones, monumentos y palacios, a la vez que es cruzado por dos modernos puentes colgantes de peaje a más de 60 metros sobre el nivel del mar y por los que circulan gran cantidad de vehículos diariamente.

Tras ser capital del Imperio Romano de Oriente, de Bizancio y del Imperio Otomano, cada nuevo estado hizo construir en Estambul sus monumentos religiosos y civiles para embellecer la ciudad, contándose entre ellos la basílica, hoy Museo, de Santa Sofía considerada como el principal edificio bizantino de Estambul y como la octava maravilla del mundo por algunos historiadores de arte, construcción que ha subsistido desde el siglo VI hasta nuestros días; el legendario palacio Museo de Topkapi, quizás más conocido por las joyas reales y la colección de porcelanas chinas de incalculable valor que contiene su tesoro; el palacio de Beylerbeyi, el segundo palacio construido en el Bósforo que servía de residencia de verano a los Sultanes Otomanos; la mezquita de Solimán, la más grande de Estambul y uno de los ejemplos más paradigmáticos de la arquitectura otomana; la mezquita del sultán Ahmet, también conocida como la mezquita Azul , la cual fue construida en el centro de la ciudad y muy cerca del Palacio de Topkapi, en el antiguo emplazamiento del hipódromo bizantino, en el cual se realizaban las carreras de caballos y las competiciones atléticas durante la época romana; la Cisterna de Yerebatan, la más grande de las cisternas que fueron construidas en Estambul durante la época Bizantina; el Gran Bazar, lo primero que se recuerda cuando se habla de Estambul por ser el sitio donde millones de objetos son vendidos en miles de tiendas y que se convierte en parada obligatoria de todos los turistas que van a la ciudad; y gran cantidad de monumentos y mezquitas que vienen a ser importantes joyas de la arquitectura islámica que confieren a Estambul un aspecto inconfundible y encantador.

De tal manera, por sus riquezas históricas, geográficas, religiosas y culturales, esta gran metrópolis turca solo puede compararse con Roma, ciudad con la que comparte ciertas similitudes, aparte de ser una urbe donde coinciden oriente y occidente, Asia y Europa, cristiandad e islam, a la vez que es cuna de varias culturas que forman una síntesis armoniosa que mantiene su carácter de metrópolis tanto comercial como política y la convierten en una verdadera caja de sorpresas, considerada en la actualidad como una de las ciudades de mayor vida cultural, artística, histórica y comercial del mundo.

Con su clima suave en cada estación del año, sus excelentes especialidades culinarias, su activa vida nocturna, sus bazares, tiendas y, por sobre todo, la atención y la hospitalidad de sus gentes, Estambul es una ciudad increíble e inolvidable de la cual los turistas salen con intenciones de volverla a visitar.

Por Andrés E. Palacios A.

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