Sigo recordando mis primeros días en la ciudad y no podré olvidar mi primera mañana a la mesa. Yo era de las del típico cafe con leche y galletas o tostada pero ya me he acostumbrado a levantarme un poco antes para empezar a llenar la mesa de un montón de productos diferentes. Y es que el desayuno turco es un ritual, un momento en el que el mundo se para alrededor de la mesa. Da gusto ver a todos recién levantados comiendo poco a poco, sin prisa, sin pausa. Pequeños y mayores comparten el mismo menú por la mañana, que consiste en:
tomates frescos
pepinos
queso blanco
queso tierno
aceitunas negras
pan blanco
mantequilla
miel
mermeladas
huevo cocido y
Té.
Y los días en los que no hay que trabajar se desayuna mientras se lee el periódico. Pueden tirarse una hora desayunando, leyendo y releyendo la prensa y bebiendo y rebebiendo pequeños vasitos de té. Afiyet olsun! On egin!
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