sábado, 4 de diciembre de 2010

Estambul: viaje a ninguna parte

La mala suerte se cebó ayer con los más de 180 viajeros del vuelo charter con destino Estambul, que salía desde Noáin. Primero, la nieve y, después, la huelga de controladores les dejó en tierra

B. ARMENDÁRIZ . NOÁINSábado, 4 de diciembre de 2010 - 04:00 h.
LAS mezquitas, los palacios y los mercados de Estambul parecían ayer tan próximos y tan lejanos a la vez como nunca antes habían estado. Por lo menos, para los más de 180 pasajeros del vuelo charter que, a las 8.10 horas, tenía previsto despegar desde Noáin para llegar a esta ciudad mágica de Turquía. Eran, para muchos, las vacaciones soñadas. Un pequeño viaje hasta el próximo miércoles, aprovechando el puente foral.

Pero, de repente, la ilusión y las ganas dieron paso a las dudas y las preguntas. La causante no fue otra que la nieve, que temprano por la mañana dejó los cielos cubiertos y la pista de aterrizaje, blanca.

Si el tiempo hubiera aguantado apenas una hora, el avión habría podido despegar. Pero no fue así. La aeronave debía llegar a Pamplona hacia las siete de la mañana, y ya entonces nevaba con fuerza en la capital navarra. "Ha estado una hora sobrevolando el aeropuerto para intentar aterrizar pero no ha sido posible, así que la han desviado a Madrid hasta que mejorara el tiempo", explicaba Ricardo Martín, responsable del touroperador Panavisión, uno de los siete con clientes en este vuelo.

Así que, con las maletas facturadas, los pasajeros vieron pasar las horas, hasta siete, en la nueva terminal. "Llevábamos cuatro años esperando este viaje así que unas horas arriba o abajo nos da igual", contaba con resignación la vecina de Aibar Tasús Burguete, que viajaba junto con ocho amigos más. Pero, realmente, sí importaba. "Al final es desesperante. Un rato lo llevas bien, pero son ya siete horas y estamos un poco rayados", añadía una compañera de viaje. "Ha habido un momento en el que pensábamos que se anulaba todo", afirmaron.

"Paciencia" también era la receta de Cristina Martínez-González, una logroñesa que viajaba con su novio. "Es por causas meteorológicas, algo imprevisible, así que poco podemos hacer". Para esta joven la principal queja era "la falta de información. "Viene a cuentagotas y, además, hay que pedirla a los mayoristas. Si no vas a preguntar no te enteras de nada".

Completamente desinformada estaba la familia Aristregui-Olaiz, de Huarte. Los padres, José Mª y Sagrario, y las hijas, Maialen e Itxaso, esperaban noticias en la terminal. "Lo llevamos muy mal. Estamos ya cansadas y además no sabemos cuándo vamos a salir. No hay un representante de nuestro mayorista y no nos informa nadie", criticaba Itxaso.

Finalmente, el primer aviso que se dio por megafonía llegó a las dos de la tarde y anunciaba el traslado en autobús a las 15.00 horas hasta Zaragoza para, desde allí, volar a Estambul. En esa espera, cuatro personas decidieron abandonar y pidieron a sus agencias la devolución del importe, unos 700 euros.

La de Zaragoza era, al parecer, la única posibilidad viable, después de varios intentos. "Se había pedido permiso para aterrizar en Vitoria y, justo cuando lo teníamos, han cerrado la autopista", explicaba Ricardo Martín.

Tampoco de Zaragoza

Lo que parecía una demora se convirtió finalmente en chasco, porque tampoco desde Zaragoza pudieron volar. Ahí la culpa no fue del tiempo sino de los controladores aéreos que, a las 17.00 horas, abandonaron en masa sus puestos de trabajo provocando el cierre del espacio aéreo español. "Esto ya no es como lo de la mañana. Ya no estamos resignados. Estamos cabreados, hartos y convencidos de que esto es una tomadura de pelo", denunciaba el grupo de Aibar. No era para menos. Ya estaban montados en el avión cuando les hicieron bajar. "No sabemos si nos tenemos que quedar aquí, si nos van a poner un autobús, si nos devuelven el dinero o qué va a pasar", añadían visiblemente disgustados. En esta misma situación estaba Ignacio Martínez Alfaro, ex consejero del Gobierno foral. "Estamos tirados en Zaragoza. Nadie sabe nada y no hay responsables. Es un despropósito. Nos han destrozado el viaje y las vacaciones. Se te queda una sensación de estafa y timo... alguna responsabilidad habrá que pedir al Gobierno socialista ¿no?", criticaba.

Horas después, a las once de la noche, los pasajeros eran nuevamente embarcados en el avión, para una hora más tarde escuchar del comandante que el vuelo quedaba definitivamente cancelado. El viaje a Estambul fue ayer el pagano de un cúmulo de mala suerte.

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