jueves, 19 de julio de 2012

LOS MEJORES CONSEJOS PARA DAR EN LA DIANA DE LA ANTIGUA CONSTANTINOPLA Entrar con buen pie en Estambul


Estambul no es capital de Turquía pero sí su ciudad más poblada. Es además una urbe fronteriza, pero entre continentes, lo que ha originado una larga historia de conflictos, ubicados como están sus habitantes en el incierto límite entre dos mundos. Y también es un destino turístico que visitan viajeros de todo el mundo. Para aquellos que la pisan por primera vez, quizá no sea mala idea tener alguna información previa para no despistarse en la avalancha de vida y belleza de las calles estambulíes.

Una vez se aterriza en el aeropuerto internacional Kemal Mustafa Atatürk de Estambul, lo primero que se debe hacer es formalizar el visado. Nada más atravesar las puertas de salida, veremos las taquillas donde se encuentra la policía para el control de pasaportes. Aquí se paga el visado, que cuesta unos diez euros, aunque conviene informarse antes del viaje por si el precio ha cambiado. Se supone que con él puedes volver a entrar en el país en los tres meses siguientes. Una de las primeras sorpresas que mucha gente se lleva al llegar al aeropuerto de Estambul es comprobar que es exactamente igual al de cualquier capital europea. Primer mito derrumbado.

La siguiente operación importante es cambiar la hora. Turquía tiene un huso horario de GMT más dos, o sea, una hora más que la mayoría del continente europeo. En el aeropuerto también se puede cambiar el dinero, y es recomendable, porque ofrecen un cambio razonable. Yo saqué directamente del cajero y la verdad, no sé qué me cobraron... Ah, las liras turcas, parecen de juguete. Pero hay que llevarlas, porque a menudo tratarán de cobrar cambiando una lira por un euro, cuando la divisa turca suele andar por los 60 céntimos de nuestra moneda. Conviene siempre estar al tanto del cambio actualizado, ojo.
Para desplazaros, sobre todo para pasar del lado europeo al asiático, los taxis son muy baratos si sois varios, aunque hay que preguntar antes cuánto será el viaje, más o menos, y andar listo con el cambio. El tráfico, lo mejor es ignorarlo. Es infernal, no paran de pitarse y darse golpes, y ni se paran a ver qué le han hecho al coche.
LLUVIA DE CONSEJOS A TIEMPO
En las mezquitas no es necesario entrar con la cabeza tapada, aunque sí hay que descalzarse. Cada cierto tiempo se oyen las llamadas a la oración. No es momento para las visitas turísticas. Es bonito ver a ejecutivos, policías y gente de todo tipo arrodillada incluso fuera de las mezquitas, porque cuando están repletas colocan alfombras en sus inmediaciones para los rezos.
Aunque conviene tener precaución con lo que se come y se bebe para prevenir problemas estomacales, sí es seguro el 'Elma Cayi', un té de manzana que ofrecen en muchas tiendas, incluso en las del Gran Bazar. Para mi gusto resulta un poco dulzón, pero la verdad es que te entona el cuerpo, sobre todo si hace frío.
Y ahora, para terminar, una batería de recomendaciones breves, de cosecha propia. Una palabra importante es caddesi o cad, que quiere decir calle. Los dulces son riquísimos, de enorme calidad. No ocurre lo mismo con los perfumes de imitación, que no pasan de ser agua con un poco de esencia. Guiri quiere decir salida y una última cuestión: los turcos son guapísimos y tienen los ojos muy azules. Dicho queda. De la Pasión Turca hablamos otro día...

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