miércoles, 3 de diciembre de 2008

De ruta por los cafés (no sólo turcos) de la ciudad

ESTAMBUL (TURQUIA).- En ocasiones, Estambul puede resultar indigesta. Su ritmo, excesivo, frenético, satura a aquellos a los que les gusta la tranquilidad y el detalle. Hay zonas, como Sultanahmet o Eminönu, donde el movimiento es vertiginoso.

Gastronómicamente el ritmo no es menor. La escandalosa presencia de puestos callejeros incrementa todavía más la velocidad del peatón urbano, que no se concede un descano ni tan siquiera para comer.

Un ejemplo paradigmático son los cachivaches escuálidos que están en las calles más tumultuosas, preparados para que el transeúnte se haga una ensalada en un par de minutos. La lechuga, como el maíz, los pepinillos, el tomate, los guisantes o la remolacha ocupan su propio espacio. En un instante puedes fabricarte una ensalada y tomártela mientras caminas. Toda una atrocidad (para mi gusto). El catálogo de alimentos callejeros es infinito: kebab, pide (pizza turca), mejillones con arroz, simit (roscas de pan con sésamo), borek (hojaldre con verdura, carne o queso feta) o simplemente bocatas de pescado alrededor de los muelles.

Y, en medio de esta circulación trepidante de humanos y sus alimentos, hay innumerables oasis en los que esconderse por un largo rato. Los cafés, las pastelerías o los jardines del té ofrecen una oportunidad excelente para desaparecer de la escena o, simplemente, para observar, por ejemplo, cómo un bohemio solitario, creyéndose un Antoine Melling urbano, se pasa horas y horas dibujando en su cuaderno a las jóvenes mujeres sentadas a su alrededor. Algunos de mis oasis favoritos —por motivos muy distintos— son los siguientes:

Markiz Patisserie (Istiklal, 360): Es uno de los lugares imprescindibles de Istiklal, la extensa calle peatonal del distrito de Beyoglu. Un café pastelería de aire melancólico y estilo Art Nouveau, perfecto para esconderse en tardes frías y desde el que se puede ver pasar el delicioso tranvía que atraviesa la avenida, desde Tünel hasta la plaza Taksim. Es un sitio coqueto e histórico, de aire clásico, presidido por grandes paneles obra de Alexandre Vallaury. En 1977, y tras una intensa historia, la antigua pastelería Lebon fue cerrada para preservar el edificio. Hace apenas cinco años, se reabrió, y actualmente está gestionado por la cadena finlandesa Robert´s Coffee. Suele ser visita habitual de europeos y gente destacada de la cultura estambulita. Los productos, sobre todo repostería y cafés, son inmejorables. Y, aunque resulta un poco más caro que en la mayoría de establecimientos, el Markiz lo vale.
Cremeria Milano (Istiklal, 342): Seguimos en el mejor sitio de Estambul, la calle Istiklal. A pesar de su cercanía, la Cremeria Milano es justo lo contrario que la pastelería Markiz. De Francia a Italia, del Art Nouveau a las líneas modernas, y de la madera al plástico mandarina. Es difícil probar mejores helados. Son sabrosos, ostentosos, de gruesa textura, de sabores insólitos. Y caros, claro. Los clientes de esta pequeña heladería suelen ser jóvenes y el ambiente, muy tranquilo, es capaz de transportarnos al Milán más pop. El personal es atento y siempre sonríe. Por eso, y porque el lugar transmite felicidad, a Cremeria Milano se le perdona que ponga a Eros Ramazzotti en el hilo musical.
Pierre Loti Café (Gümüssuyu Sokak, 1): Nos alejamos de Istiklal y Beyoglu, pero retomamos el afrancesamiento. El Pierre Loti es a Estambul lo que el Café del Mar a Ibiza, si bien en el frente del Pierre Loti no se pone el sol. Su nombre homenajea la figura del escritor homónimo, llamado realmente Julián Viaud, que venía hasta aquí, en una colina del lejano barrio de Eyüp, para tomar inspiración. El Pierre Loti Café se ha convertido en un lugar de una mística un poco resobada. Está repleto de turistas y el encanto, consecuentemente, cae en picado. No obstante, es el punto preciso para disfrutar de la mejor panorámica del Bósforo y la ciudad mientras se toma un té caliente. Lo peor —además de los manteles que cubren las mesas de la terraza— son sus accesos, apenas hay formas de llegar si no es con taxi.
Sirkeci Simit (Yalý köþkü, 64): Aunque hay otro Sirkeci Simit en Kadiköy, en la parte asiática, el más recomendable es éste, situado cerca de la mezquita Yeni. Desde la segunda planta hay una vista fantástica del Cuerno de Oro, sobre todo por las noches. No es más que un centro de fast food, un McDonald´s gastronómicamente mejorado y adaptado a las exóticas peculiaridades turcas, desde el cual se está muy a gusto viendo pasar la ciudad mientras uno devora un trozo de tarta, de pizza o ingiere un vaso de maíz dulce (esto último es mejor evitarlo). Es asequible, agradable y sirve para mezclarse entre el joven populacho local.
KV (Tünel Geçidi, 10): Y ya, por último, regresamos a Beyogly, a las proximidades de Tünel, donde se emplaza el KV. Otro escenario imprescindible cercano al Hotel Monopol. Aunque el té nos vaya a costar más caro, merece una visita inaplazable. Podremos presumir de haber estado en un café frecuentado por la familia intelectual de la ciudad. Se sitúa en un patio del siglo XIX, aderezado con cientos de lucecillas, lámparas victorianas, mesas y sillas de forja o madera que crean una atmósfera deliciosa, exótica y romántica. El mejor momento para visitar el KV (juego de palabras que viene de kahve, café) es al atardecer, donde las luces estallan formando un paisaje casi cósmico. Por las noches suele haber actuaciones de jazz.
Visitando estos lugares, podemos crear un paréntesis delicioso, parar el mundo en medio de la vorágine, y, por qué no, transportarnos hasta el interior de las células afrancesadas, italian pop, exóticas o victorianas que pululan por Beyoglu y otros barrios de Estambul.

martes, 2 de diciembre de 2008

Estambul

Estambul, (en turco: İstanbul [is'tanbul]) es la ciudad más grande de Turquía, y también una de las ciudades más grandes de Europa, con 8.803.468 habitantes en la ciudad y 10.018.735 en el área metropolitana (censo de 2000). Según las últimas estimaciones de la oficina del censo del Ayuntamiento de Estambul y el Instituto de Estadísticas turco (20 de julio de 2005) la población de esta megalópolis se ha incrementado hasta llegar a los 11.322.000 habitantes. La inmensa mayoría de la población es de confesión musulmana (con gran número de laicos) con minorías de cristianos (78.000 armenios, sirio-jacobitas, greco-ortodoxos...) y de judíos (22.000). La ciudad de Estambul se halla localizada en las coordenadas geográficas 41°1′7″N 28°57′53″E / 41.01861, 28.96472.

Es también la capital administrativa de la Provincia de Estambul (de la que cubre 27 distritos.[1] ) en la llamada Rumelia o Tracia Oriental. Fue denominada Bizancio hasta 330, y Constantinopla hasta 1453, nombre con el que se la llamó generalmente en Occidente hasta 1930. Durante el período otomano los turcos llamaban a la ciudad İstanbul alteración de la frase en idioma griego: eis-tan-pólei (ir a la ciudad), pero oficialmente se usaba el nombre Qustantaniyyeh (قسطنطنيه) ("Ciudad de Constantino" en árabe). El nombre oficial de İstanbul fue impuesto el 28 de marzo de 1930.

Fue sucesivamente la capital del Imperio Romano de Oriente, del Imperio Otomano y la luego llamada República de Turquía hasta 1923.
Aunque desde 1923 la capital de Turquía es Ankara, Estambul sigue siendo una ciudad que tiene un papel central en la industria, el comercio y la cultura de Turquía. Alberga más de una docena de universidades. Es sede del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, cabeza de la Iglesia Ortodoxa.

Las Zonas históricas de Estambul fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1985, por sus importantes monumentos y restos históricos.[2]